
Soñé que en mi sueño te miraba,
soñé que ya no te importaba,
soñé que te alejabas.
Anoche mi inconsciente me dijo que ya te olvidaste de mí,
me dijo que eres feliz con otra persona,
me dolió saberlo,
pero se que fue muy sutil.
Ni te pienso ni me piensas,
ni te quiero ni me quieres,
ni me extrañas y yo te extraño.
Pero... tranquila, no es más que un vago sentimiento sin importancia.
No pienses que por extrañarte significa que muero por ti, o que no puedo vivir sin tu compañía.
Simplemente te extraño.
¿Y qué es lo que extraño?
No lo sé, pero algo extraño.
Tal vez sea la rutina,
la cotidianidad,
o tal vez la monotonía.
¡Pero que bella manera de obsesionarse no lo crees!
Es cierto, no hay amor; solo existe el recuerdo,
abrazado deseo de revivirlo otra vez.
Lo único que no se extraña son las caricias de tus besos,
la mirada de hielo de tus ojos,
tu aliento sabatino con aroma a flores,
tu piel de sensible escarcha.
Y no se diga tus caprichos,
tu carácter de niña irreverente,
tu desconfianza al máximo punto.
Tu cara de infante con ojos llorosos por miedo a perderme,
¡si!, eso no se extraña, solo se recuerda.
Me disculpo si te he ofendido en esta postal, por como pienso yo.
Dicen que la verdad le duele a quien le pertenece, espero no lastimarte mucho.
Autor: Cristian Tenorio
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